19 de Abril
FIESTA DE SAN EXPEDITO
|
TRIDUO A SAN EXPEDITO
Cuando tengan un pedido
muy urgente, recen este
triduo a San Expedito
para que vuestra gracia
se conceda rápidamente.
PRIMER DIA
Glorioso San Expedito,
vengo a implorar tu
socorro y obtener de
Dios, por tu intercesión,
las gracias que solicito
de su misericordiosa
bondad.
Admiro tu dedicación y
fidelidad al deber de
estado. Por la manera
por la cuál desempeñaste
tus deberes de soldado y
de jefe, enseñaste a
todos que no hay estado
de vida en el que no
podamos santificarnos.
Basta para eso cumplir
cristianamente todas las
obligaciones.
Concédeme pues, por los
méritos que adquiriste
delante de Dios en el
cumplimiento de estos
deberes, la gracia de
cumplir yo también
fielmente, los de mi propio estado sin jamás
lamentarme ni
acobardarme.
Concédeme además de eso,
las gracias que solicito
del cielo durante este
Triduo.
Amén.
Rezar un Padre Nuestro,
Ave María y Gloria.
SEGUNDO DIA
Gloriosos San Expedito,
yo admiro en tí la
rapidez con que en
cualquier ocasión
actuabas para el
cumplimiento de tu deber.
Por eso eres el modelo
de la generosidad y del
celo con que debemos
dedicarnos al trabajo,
muy especialmente de
nuestra santificación.
Por los méritos que
adquiriste de este modo,
ven en auxilio de mi
tibieza en la práctica
de la virtud, a fin de
que me separe
completamente de los
lazos que me ligan al
pecado y que pueda darme
más enteramente al
servicio de Dios y del
prójimo con generosa
actitud.
Concédeme además de eso,
las gracias que solicito
del cielo durante este
Triduo.
Amén
Rezar un Padre Nuestro,
Ave María y Gloria.
TERCER DIA
Glorioso San Expedito,
la prueba y el
sufrimiento nunca te
fueron evitados. Supiste
aceptarlos con coraje y
confianza. Y con el fin
de asemejarte más al
Divino Crucificado, no
rehusaste de verter tu
sangre por él. ¡Cuán
lejos estoy de imitarte!
Ante las menores pruebas
y dificultades
cotidianas, me lamento,
gimo y a veces me
revuelco, en vez de
aceptarla fillialmente
como venidas de la
Divina Providencia.
Enséñame pues, a no
lamentarme jamás y antes
aceptar generosamente,
para purgar mis faltas,
todas las cruces que me
reserva la Divina
Providencia.
Concédeme además de eso,
las gracias que solicito
del cielo durante este
Triduo.
Amén
Rezar un Padre Nuestro,
Ave María y Gloria. |